ENDAYRA Y EL GATITO
Un día que hacía mucho calor, Endaira y sus primitas tuvieron el permiso de Doña Cuca para lavar, ellas mismas, el patio de adelante de la casa.
Las niñas muy contentas se prepararon con las cubetas de agua, las escobas,
jergas y trapeador.
Que divertido!!!!! Se podían bañar sin que las regañaran. Las tres primitas
unanimemente habían decidido de abrir la puerta del zaguán y mientras se esmeraban
por dejar muy limpio, descubrieron un pequeño gatito, era de verdad pequeño,
seguramente había nacido hace poco tiempo.
A Endaira le gustaban los animales, así que se acercó al gatito y lo tomó para llevarselo a su mamá.
Mamá, mamá, mira lo que me encontré, no está precioso? Me lo puedo quedar?
No (dijo Doña Cuca) acuerdate que los animalitos necesitan atención, está muy chiquito, de seguro escapó de su casa y su mamá lo estará buscando. Sacalo a la calle, así lo encuentran.
Endaira obedeció a su mamá, y llevó el gatito a la calle, pero, que sorpresa! Cuando regresó el pequeño gato la estaba esperando.
Endaira tomó otra ves el gato y pensó, - lo llevaré más lejos, así no se regresa — dicho y hecho, dejó el gatito y corrrió a la casa, pensando de cerrar la puerta, pero, que sorpresa! El gatito ya estaba en la casa.
Después de otros cuatro intentos de dejar al gatito en la calle, Endaira llamó a su mamá. — Mami, mami, yo te obedecí (dijo premurosa) solo que el gatito de plano no se quiere ir, por favor! Me lo puedo quedar?
Doña Cuca consintió, - esta bién, se puede quedar pero recuerda que es tu responsabilidad cuidarlo y sobre todo quererlo mucho.
Ahora dime, como lo llamaremos?
Endaira feliz llamó Timoteo al pequeño gatito.
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(ARIADNE GUTIERREZ ZAMORA)